Autoentrevista Aymara Chacin

Mi autoentrevista a calzón quita’o

 

Despedirse de este equipo de trabajo me costo trabajo

Ha pasado ya un año desde que emigré de Venezuela a Estados Unidos. Después de traer al mundo, criar dos hijos y divorciarme, esto ha sido lo más difícil que me ha tocado vivir en la vida . A pesar de eso, el balance general es feliz  porque yo  decidí que así fuera, a pesar de las adversidades que las ha habido y muchas. Léase bien, decidí que fuera grato, pero más de una vez me he lanzado a llorar como niña aterrorizada ante la oscuridad, que no es más que el terror a lo desconocido. Tómate un guayoyo conmigo y acompáñame a recordar la historia de este año en el que me he enfrentado a mis más primitivos miedos, pero los he vencido.

 

Me autoaplicaré el mismo cuestionario que le presento a mis entrevistados en el blog y si usted, mi  querido lector, quiere preguntarme algo, colóquelo en los comentarios y lo responderé con absoluta franqueza. Temía hablar de mi historia por temor a parecer arrogante, pero parto de la idea de que cualquier historia de inmigración aporta enseñanzas, así que por qué no compartir la mía, a ver si de algo les sirve. Allá voy pues

 

Cuándo y por qué decidiste emigrar?

Ademas de mi familia, esta gente amiga me hace una falta enorme

 

28 de Noviembre de 2014 fue la fecha que tomé el vuelo de Santa Bárbara de Caracas a Miami. Fue un viaje feliz porque aunque dejé 44 años en Venezuela, venía tras el sueño de reunificar a mi familia: soy divorciada y mi hijo vivía en EEUU mientras yo estaba en Venezuela con mi hija menor. El sueño de mis dos hijos y el mío, era vivir los tres de nuevo bajo un mismo techo y mejor si estábamos cerca de mi ex esposo, padre de mis dos hijos y mi mejor amigo, quien también había emigrado a USA con su nueva esposa. Por lo tanto, yo no corria tras el sueño americano, sino que me movía un sueño de unión familiar y aquí incluyo a mi ex esposo, a su esposa y a su hermosa hijita: ellos son la familia extendida que la emigración me regaló.

 

Digo que mi emigración es feliz porque apenas al llegar, se cumplió el objetivo principal que era vivir con mis dos hijos juntos de nuevo. Cuando las cosas no van tan bien como quisiera, el saber que cumpli el principal objetivo, me da las fuerzas necesarias para seguir la batalla.

 

Siempre estuviste ganada a la idea de emigrar?

 

Emigrar fue una posibilidad negada para mi durante mucho tiempo:  mi papá es de San José de Guaribe y mi mamá de Clarines, soy llano y oriente venezolano, pero nací en Caracas, soy magallanera y me encanta lo auténtico de los maracuchos, así que tengo un poco de toda Venezuela. Sin embargo, mi familia atomizada, la realidad venezolana y mi alma aventurera, me hicieron tomar la decisión de salir de mi amado terruño. Ahorita lo digo en dos líneas, pero tomar la decisión me tomó dos años.

 

Qué tipo de visa te permite trabajar y vivir en este suelo? Cómo la obtuviste? Cuánto dinero te costó?

 

Tramité una visa 01 o de talentos especiales, que no son ni tan especiales. Sí hay una trayectoria de 24 años en Venevisión y Televen, pero no es que yo sea eso de Triana. Hay muchos mitos sobre esta visa. Cualquiera con una trayectoria medianamente destacada en deportes, radio, televisión, ciencia y artes, sustentada por algunos reconocimientos,  puede evaluar -al menos- la posibilidad de obtenerla. Y como dice George Harry, “todo venezolano tiene un talento especial”. Pienso que el venezolano es una de los más creativos inmigrantes, además de que nuestro país por más defectos que tenga, tiene algo fantástico que es la educación universitaria gratuita, que ha formado contingentes de venezolanos valiosos.

Mi abogado fue Gil Brito del escritorio jurídico Beltran Brito y Asociados. (http://beltranbrito.com/). El costo de la visa fue  6 mil 800 dólares (5000 abogado, 1500 para un proceso expedito y 300 por la visa 03 de mi hija). Hay abogados que lo hacen por menos dólares, pero siendo esto un tema tan medular, decidí irme por el recomendado y reconocido, aunque más caro.

 

Qué tan difícil ha sido tu comienzo en EEUU?

Con Ninoska Garroz y Minin Arevalo, mis socias y amigas. Un trabajo divertido y haciendo lo que te gusta hacer, es la mejor terapia para el inmigrante

Me vine con 60 mil dólares, solo 7 mil se fueron en la legalidad, el resto lo usé  en vivir sin lujos pero cómoda. A un año estoy descapitalizada, no compré casa y tengo un carro que pago a crédito, pero afortunadamente logro pagar todas mis deudas. Primero pasé por la angustia de saber si me aprobarían o no la visa. Tuve la dicha de un proceso legal rápido y bien llevado, pero recuerdo esa etapa de mucho miedo. Paralelamente evaluaba de qué podía vivir y mantenerme en dólares. Todos los días me levantaba con una idea nueva de negocio que aumentara mis ingresos,.

Limpié casas, doné plasma sanguíneo para obtener dinero, vendí productos de maquillaje Mary Kay sin éxito, pero ahora estoy avanzando en mi proyecto de visa 01, en el que por cierto está incluido este blog, y además la fortuna me juntó en este suelo gringo con dos colegas , Minin Arevalo y Ninoska Garroz, amigas y socias con  quienes manejo una pujante y muy competitiva agencia de Relaciones Públicas y eventos. Estamos en pleno crecimiento. Así que además de asumir el reto de emigrar también me enfrento al de ser agente independiente  y no la empleada que he sido toda mi vida, desde que tenía 17 años.

En fin les digo, en Venezuela tenía mi casa en Caracas y de playa, mi carro y una gran zona de confort laboral. Esos activos que tenía allá, ya no los tengo: los invertí en vivir aquí, pero aun así el saldo que yo hago de todas esta experiencia es positivo. Fácil no ha sido, pero tampoco imposible. La necesidad me ha aguzado la creatividad y cuento con una fortuna muy personal que es mi padre psiquiatra, quien me hace terapias frecuentes y personalizadas por teléfono. Hay quienes dicen que para emigrar se necesita primero un abogado, después un contador (porque este un país donde los taxes te pueden poner en aprietos sino manejas su ciencia), y yo le agrego un psiquiatra o coach profesional que te recomponga el ánimo que con tanta adversidad se resiente muy a menudo y aquí te puedes quedar sin dólares, pero no sin ánimo, porque ese sería el verdadero fracaso.

 

Cómo manejas la nostalgia de la inmigración?

 

Los momentos de nostalgia siempre llegan, al principio me preocupaban pero un día escuche que Carlos Fraga dijo que los duelos hay que vivirlos, entonces lloraba y aun lloro cuando la nostalgia acecha, pero ya no la siento una amenaza sino que la vivo, la acepto, incluso aprendí a quererla porque es el momento que recuerdo a mis padres, a mi hermana, a mis sobrinos, a mi Avila, a mis ex compañeros de trabajo…más que sentir dolor en el corazón, honro mi pasado porque forjó mi presente, y pues siempre está la posibilidad de regresar cuando las finanzas y la visa así lo permitan.

 

Que le dices a quienes critican a los que se van de Venezuela?

 

Que de gustos y preferencias personales no se discute. Si a ti te gusta la salsa, y a mí la música llanera, tú escuchas tu salsa y yo mi arpa, cuatro y maraca. Así de simple. Tú decidiste quedarte, que bien, yo decidí venirme, que bien. Ni yo soy mejor que tú, ni tu eres mas patriota que yo. En líneas generales estoy en un etapa en la que prefiero decir: “si vale tu tienes razon”  a querer ganar cada batalla: uno pierda energía en esas peleas pendejas y mi energía está concentrada en establecerme en este país, sin nunca dejar de ser de San José de Guaribe, Clarines y  Caracas. Sin olvidar mi playa de Boca de Uchire y la experiencia más mágica  de mi vida que fue dormir al pie del Salto Ángel.

 

Cuál fue tu peor error?

 

Me cuesta decir cuál fue el peor porque han sido varios pero tratare de enumerarlos en orden decreciente de importancia, porque siento esto ayuda mucho al que piensa en emigrar, que es mi lector predileto.

 

El primero fue no pagar un año completo de renta cuando tenía el dinero. Hoy digo que si lo hubiera hecho, hoy no tendría que estar angustiada buscando cada mes el dinero de la renta, pero quizás esa necesidad es la gasolina que me mueve a buscarlo y obtenerlo por cualquier medio (decoroso). Ah por cierto tengo una aplicacion que se llama Offer Up y por ahí vendo todo lo que no necesite. Este es el país rey de las ventas de garage y para tener algo ocupando espacio en tu casa, mejor vendelo. La decoración de mi casa es minimalista, pero no por ser exquisita y seguir esa tendencia, sino porque decoro con lo mínimo necesario.

El segundo error fue alquilar en una zona de lujo. No es Doral, ni Weston que son las zonas venezolanas mas caras, vivo en Platantion pero en una zona algo costosa (1400 por 2 habitaciones, 2 baños y medio). Debí empezar por Davie quizás en donde hay alquileres un poco más económicos. Aqui 100 dólares mensuales pesan mucho. Cuando se emigra hay que hacer un ejercicio muy bien pensado de finanzas proyectadas al futuro, porque uno cuando tiene dinero en la cuenta todo le parece barato porque lo puede pagar, pero hay que endeudarse pensando con un bolsillo futuro, sin contar con lo que hipotéticamente ingresara.

 

Cual ha sido  tu mayor acierto?

 

Mi actitud positiva y alegre ante este difícil reto. Cuando tengo que llorar, lloro y sigo. Aprendí que ponerle la cara al miedo, te hace luego invencible. Decidí que esta etapa fuera feliz y asi lo hago. Me rio de mi misma, trato de verle lo bueno a todo lo “malo” que he debido enfrentar. Pasar de ser gerente de una sólida empresa , a ser inmigrante ,más que algo malo, ha sido mi más divertido reto

 

Volverías a emigrar?

Mi mas grande bendicion: la sonrisa de mis dos hijos juntos.

La respuesta es sencillamente sí y lo haría aun si en Venezuela no estuviera pasando la hecatombe que se vive. Emigrar es salir de la zona de confort, es sacudirte la alfombra que pisas y con cada dificultad se crece: ya no eres el mismo, sino uno mejor. Mi hija me dice: “aquí somos pela bolas, y en Venezuela no lo éramos” y yo le respondo: somos pela bola, pero más felices, hija”. Ella me devuelve una sonrisa  y sigue alegre a enfrentar su particular reto como inmigrante.

 

He contando, con gran desnudez, todo lo que pudiera resultar doloroso, pero tengo que rematar diciendo que a estas alturas, un año después, ha habido una mejoría sustancial y eso debe a que soy venezolana y como dijo Guzman Blanco: “El venezolano es como un cuero seco, lo pisan por un lado y se levanta por el otro”